Encajeras: mujeres, trabajadoras
Las encajeras son el elemento esencial en la elaboración de los encajes artesanos, de su habilidad y destreza dependía, en gran parte, el éxito final del producto. Tanto es así que en muchos casos las encajeras se especializaban en una técnica y no todas eran capaces de hacer encajes complejos como la blonda, el valenciennes o el ret fi.
Las encajeras aprendían el oficio desde pequeñas y a medida que adquirían experiencia podían recibir encargos de los comerciantes de encajes, en Cataluña recibián el nombre de randers. En el caso catalán, la documentación nos explica que los randers distribuían los patrones y los hilos entre las encajeras y ellas devolvían metros de encaje, que se llamavan "canas". Las mujeres trabajaban en casa o, cuando de encontraban, en la cale, seguramente porque la luz del día era más propicia para el trabajo.
Lamentablemente, la encajera no fue una figura valorada o considerada por su trabajo. El hecho que nunca llegaran a formar un gremio posiblemente hizo que no se organizaran para obtener mejoras laborales. En muchos países europeos el trabajo se hacía a través de conventos y hospicios, lo cual hizo más difícil todavía que las medidas sociales las favorecieran.
En muchos casos, el trabajo de la encajera era completamente fundamental en la economía familiar, y durante algun tiempo de crisis llegaron a ser los ingresos principales de las famílias.